Con el paso de los años se an dado a conocer distintos estudios para evaluar los efectos del entrenamiento mental en practicantes avanzados, es decir, en personas que han invertido un promedio de 30,000 horas en ese entrenamiento. Como vimos con el experimento de Killingsworth y Gilbert, una persona promedio no tiene mucho dominio sobre su atención.
Los resultados demuestran que tales personas tienen mayor capacidad para sostener su atención en un objeto elegido y que además poseen ciertas habilidades cognitivas y emocionales mucho más desarrolladas que una persona promedio
investigadores de los institutos y universidades más importantes del mundo han realizado múltiples estudios con personas de todas las edades y de muy diversos contextos para medir los efectos del entrenamiento de la atención.
Los ejercicios orientados a mejorar la atención se basan en diferentes actividades que tienen como objetivo potenciar las distintas variantes de la atención como, por ejemplo, la atención sostenida, atención selectiva, atención visual o auditiva, entre otras.

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